Se trata del segundo director ejecutivo que renuncia en cuatro años de existencia de la institución. Palamidessi explicó que además de irse por razones personales, se desgastó por la diferencia de interpretaciones sobre el estado de la educación uruguaya.
“Mi interpretación es que estamos ante un problema, porque evidentemente los niveles de competencia lectora que había en un país con una economía agroexportadora con núcleo de administración urbana eran suficientes. Pero para un país con tres millones de habitantes que quizá llegue a cuatro en 2050, si no tiene una población altamente educada el país va a tener muchos problemas. Todo aquello que mueve la economía de servicios, de conocimientos y creatividad, que está definiendo el mundo de ahora en adelante, no va a encontrar bases”, indicó.
Además, insistió en que los problemas deben plantearse y no disimularse. “La base estructural de la educación uruguaya tiene problemas y creo que hay que mirarlos de frente, sin atacar a nadie, porque las responsabilidades son múltiples, pero no hay que edulcorarlo”.
“No hay que proteger a la gente y decirle 'quédense tranquilos que está todo masomenos bien’”— Palamidessi.
Palamidessi no precisó qué integrantes de la Comisión Directiva fueron los más discordantes ni aportó su visión sobre las motivaciones que condujeron esas discrepancias.
A su vez, dijo que el INEEd tiene la función estratégica de “informar a la sociedad, los medios, legisladores, autoridades de la educación y docentes acerca de la marcha del sistema educativo en el tramo de educación obligatoria, desde los cuatro años hasta el fin de la educación media”.
Palamidessi recalcó que mantener la autonomía técnica fue “trabajoso y muy desgastante”.
Para el doctor en educación, Uruguay “se debe una discusión estratégica en la materia. Eso no quiere decir que no haya avances y mejoras en indicadores, pero hay cosas que no están funcionando y deben discutirse de manera abierta, serena y con evidencia”, agregó.
“Uruguay tiene la tasa de egreso de educación secundaria más baja de América Latina junto con Honduras y Nicaragua, está entre el el 38% y el 40%. Eso no coincide con el grado de desarrollo relativo del país, con el país con mejor índice de Gini de la región, se ve un problema.
“Esto se llama exclusión y parte de nuestro sistema educativo la está reforzando”— Palamidessi.